Valentina Bravo
Prof. Patricia Castañeda
ESP 210
22 de septiembre de 2010
Lilith
Dentro de la tradición cristiana existe un personaje controversial, una mujer que se separa del canon de la figura femenina en esta religión y rompe con los comportamientos tradicionales. Ella es Lilith, la antecesora de Eva, “una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza” (Miguel). Lilith fue creada con el mismo barro que Adán, escapó del Paraíso para llevar una vida sin tener que someterse a su compañero, y es un símbolo temido por representar una amenaza para los niños y por ser una suerte de demonio maligno, tabú dentro del cristianismo.
La figura de Lilith, aunque había visto ya la luz entre los mitos de otras civilizacions mucho más antiguas, como la sumeria y la babilónica (Miguel), tiene su origen dentro de un pasaje bíblico. Dicen Graves y Patai que el origen de Lilith se lee en el primer capítulo del Génesis: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Se interpreta que esta frase es evidencia de que la creación de hombre y mujer sucedió simultáneamente. De acuerdo a los autores, Lilith, por ser la verdadera primera hembra, debía estar creada con el mismo barro que su compañero.
El conflicto de este personaje se presenta el momento en que debe cumplir sus funciones como compañera de Adán y procrear con él. Adán le pide que se recueste debajo de él, pero ella, criatura libre, se siente insultada, alegando que, ya que fueron creados en igualdad, deberían procrear en igualdad (Monaghan). Solicita entonces la asistencia de su padre, Jehová, de quien recibe un par de alas. Las utiliza para volar hacia el Mar Rojo, donde encuentra una gran cantidad de demonios con los que procrea y vive según sus propios términos, y encuentra la felicidad (Monzón).
A reclamar Adán a Jehová, éste le pide a Lilith que regrese al Paraíso. Pero ella se rehúsa, causando la ira de su padre. Es castigada con una maldición que le hace perder diariamente a cien de las crías que origina con sus relaciones con demonios (Monzón). Monaghan nos explica que este castigo tiene mucho que ver con interpretaciones que la colocan en la mitología como amenaza para los infantes, pues se dice que busca venganza de su maldición amenazando la vida de niños pequeños y de mujeres embarazadas. Su figura es vista desde entonces como demoníaca, como símbolo del mal y de peligro por su rebeldía, y dentro del cristianismo su figura se transforma en un tabú (Monaghan).
Lilith es una figura controversial por el papel que juega en los mitos. Al contar con una trayectoria anterior al cristianismo, choca con el esquema de ésta. Sin embargo, su personaje sigue una lógica muy clara: ya que es creada como igual con respecto a su pareja, busca una igualdad de géneros (sin precedentes en de la tradición cristiana), por lo que inmediatamente es catalogada como un ser maligno. Este personaje y su análisis nos abren, entonces, una puerta para comprender un poco más sobre el papel de la mujer dentro de esta tradición religiosa.
Bibliografía
Graves, Robert y Raphael Patai. Hebrew Myths: The Book of Genesis. New York: Doubleday, 1964. 65-69.
Miguel de, Paloma. “Lilith, la sombrea de Eva”. Nueva Acrópolis. n.f. 20 de septiembre de 2010. http://www.nueva-acropolis.es/cultura/simolismo/Lilith.htm/
Monzón, Isabel. “Antes que Eva, Lilith”. Raíces abril 1992.
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